ya es madrugada
y mi cuerpo aún no tiene piel para soportar tu hueso,
acuérdate, acuérdate, acuérdate
en un ansia vibrante por centenas de galopes, una sílaba salvaje entre pequeñas muertes de piel.
*
escribo y devoro a la civilización
más breve de mis huesos de adentro
siempre en el riesgo y siempre en la cuerda
más alta de las más alta sílaba,
sin donde agarrarme
y teniendo la alegría de decir:
soy el más sucio de los dioses
y la más humana de las mareas.