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Carmen Ollé comenta «Instantes de vómito y ternura» de Carol Angeles

Carol Angeles

Carol Angeles

Lima, 1996.

Comunicadora social y gestora cultural. Publicó el libro colectivo «Hábitos de caza» del taller de Poesía Clásica del Fondo de Cultura Económica (2020) y «Palabras(…)

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COMENTARIO-CARMEN-OLLÉ

«¡La música ante todo, siempre música!», afirmaba Paul Verlaine, poeta francés (1844-1896). La poesía es música y también es ritmo, y el ritmo lo tenemos en nuestra sangre y en nuestro pensamiento abyecto —como escribe Carol Angeles en Instantes de vómito y ternura—. ¿Quién se atrevería a robarlo o adulterarlo? Ni el «arcoíris» que pretendía hacer el amor con el personaje de la abuela, una imagen escabrosa, aunque perturbadora del deseo que leemos en los estupendos poemas de Angeles. Su poesía nos sobrecoge por su temática: urbe/mujer; vida/muerte; hambre/miseria. Esta alternatividad del ritmo gracias a elementos disímiles provoca un contrapunto que eleva la lírica de la autora por encima de la violencia representada en sus cruentos contenidos; trasciende la condena a la insensata existencia humana, con un Dios que nos ama como le da la real gana; y va más allá de la política ramera, de la poesía pacata que teme volverse política; para arribar por fin a esos silencios de redonda cuando de pronto nos topamos con versos que son cánticas infernales: «La hija de nadie está a punto de ser violada y cortada en pedacitos y tirada al mar». Porque la poética de Carol Angeles apunta a la yugular directamente cuando habla de un amor más licántropo que romántico: «Tengo ganas de amarte y atropellarte mil y un veces con una motocar de cuatro ruedas arrancarte la lengua y escupirla dentro de tu tumba». Y es que su poesía parece haber sido destilada en matraces alquimistas.

Carmen Ollé
Poeta, narrador y crítica peruana