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«Hay textos narrativos literarios que funcionan de manera acertada para trabajarlos en clase, ya sea con púberes o adolescentes. Son textos que sirven como disparadores o abren cauces y despiertan interés para el ingreso posterior a ámbitos aún mayores, a la razón central de un sílabo o una programación de clase, por ejemplo. Esta, considero, podría ser una de las mayores virtudes de La ceguera es como el mar, de Jeremías B. Martínez, novela que nos ofrece una mirada ingeniosa de la Odisea, en la medida en que hace uso de un guiño, no nuevo mas sí pertinente, y reconfigura de ese modo el escenario general de un entramado mitológico al que, tras la lectura de este libro, se consigue acceder de manera más llana, lúdica y amigable.…
La conjura de los dinosaurios, habla de un sistema educativo cuya crisis se origina por la mediocridad de los docentes de la universidad que forma educadores. En su primera parte: «Apolo», el ideal es lúcido, y para combatir a los dinosaurios logra un espacio en el corazón mismo del sistema. En su segunda parte: «Dionisio», el ideal se opaca. Todo cambia y al fin sucumbe porque los dinosaurios con miles de años de experiencia saben fagocitarlos, luego emascularlos. La novela es, entonces, la lucha eterna del bien contra el mal, contra un mundo nada derecho, donde nada permanece puro, transparente, ni el amor, ni la mujer, ni el héroe que deviene en antihéroe.…
